El Sol brilla como resultado de la energía que se produce cuando el hidrógeno se convierte en Helio. Este es un proceso muy energético, que solo se puede dar a muy altas temperaturas y presiones, como las que hay en el interior del Sol. Pues bien, resumiéndolo mucho 4 átomos de hidrógeno se necesitan para formar uno de Helio. Si ahora miras la masa atómica del átomo de Hidrógeno, la multiplicas por 4, y la comparas con la masa del Helio, verás que los 4 Hidrógenos pesan un poquito más que el átomo de Helio. La diferencia en masa se ha convertido en energía a través de la famosa fórmula E=mc^2.
Y esta energía de millones de átomos de Hidrógeno transformándose en Helio, es la que sostiene al Sol brillando cada día por más de 5000 años.
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